Porque con la vida aprendí que la soledad es una de las bellezas más puras y temibles que existe, que la imperfección es el abrigo más lujoso y cómodo con el que uno puede vestir.
Que las mentes estrechas son aquellas que debemos evitar para que proteger nuestra energía. Que el ego, la envidia y la posesividad con la que cargan las personas son las enfermedades más tóxicas de las que uno puede padecer.
Que el poder del pensamiento es una fuerza indestructible que te alza o te limita como ser humano. Que la capacidad de elegir un camino de libre albedrío es un concepto desconocido por muchos pero el que mas humano te hace sentir.
Que el desapego es el arte más difícil de dominar y por consecuencia la dosis de libertad más adictiva que se puede consumir en pequeñas dosis, hasta dejar de identificarnos con nuestra propia mente y todo nuestro alrededor haciendo de nuestra vida un bello interior.
Que la sabiduría de nuestra intuición es un lenguaje que no se domina fácilmente pero que al escucharlo, se convierte en la voz con más armonía para nuestros oídos.
Y que la vida es linda con un café, sabanas y muchas gardenias.